Con frecuencia la anemia se puede tratar y controlar. Si usted tiene signos o síntomas de anemia, trate de obtener un diagnóstico y un tratamiento oportunos. El tratamiento puede darle más energías y aumentar su nivel de actividad, mejorar su calidad de vida y ayudarlo a vivir más tiempo. Con el tratamiento adecuado, muchos tipos de anemia son leves y duran poco tiempo. Sin embargo, la anemia puede ser grave, prolongada y hasta mortal si la causa una enfermedad hereditaria, una enfermedad crónica o un traumatismo. Debes aprender a vivir con anemia.
La anemia en la infancia y la adolescencia
Los bebés y los niños pequeños necesitan más hierro porque están creciendo rápidamente. Si no hay hierro suficiente, se puede presentar anemia. A los bebés prematuros y de bajo peso al nacer se les controla atentamente en busca de anemia.
Hable con el médico si usted alimenta a su bebé únicamente con leche materna o con leche artificial que no esté enriquecida con hierro, especialmente después de los seis meses de edad. El médico puede recomendar suplementos de hierro. Los niños que toman mucha leche de vaca también corren el riesgo de tener anemia. La leche de vaca no contiene todo el hierro necesario para el crecimiento.
La mayoría del hierro que un niño necesita proviene de los alimentos. Pídale consejo al médico de su hijo sobre una alimentación saludable y sobre buenas fuentes de hierro, vitaminas B12 y C, y ácido fólico(folato). Solo debe darle suplementos de hierro a su hijo si el médico los receta. Usted debe seguir al pie de la letra las instrucciones de cómo darle al niño estos suplementos. Si su niño tiene anemia, el médico puede preguntar si el niño ha estado expuesto a plomo. La intoxicación por plomo en niños se ha asociado con anemia por deficiencia de hierro.
Los adolescentes también corren el riesgo de sufrir anemia, especialmente anemia por deficiencia de hierro, debido a que están pasando por etapas de crecimiento acelerado. Las pruebas periódicas para la detección de la anemia a menudo comienzan en los años de la adolescencia.
Los niños mayorcitos y los adolescentes que tienen ciertos tipos de anemia grave podrían ser más susceptibles a lesiones o infecciones. Pregúntele al médico si el niño necesita evitar actividades de alto riesgo, como los deportes de contacto.
Las niñas comienzan a menstruar y pierden hierro en cada período. Algunas niñas y mujeres corren más riesgo de sufrir anemia debido a una pérdida excesiva de sangre por la menstruación o por otras causas, a un bajo consumo de hierro o a antecedentes de anemia. Estas niñas y mujeres pueden necesitar pruebas periódicas y seguimiento para la anemia.
La anemia en el embarazo y el posparto
Durante el embarazo puede presentarse anemia debido a carencia de hierro y ácido fólico, y a ciertos cambios de la sangre. Durante los primeros seis meses de embarazo, la porción líquida (plasma) de la sangre de la mujer aumenta con más rapidez que la cantidad de glóbulos rojos. Entonces la sangre se diluye y se puede producir anemia.
La anemia grave aumenta el riesgo de un parto prematuro y de que el bebé tenga bajo peso al nacer. Por lo tanto, las mujeres embarazadas deben hacerse pruebas de detección de la anemia durante las primeras consultas prenatales. También necesitan seguimiento periódico durante la atención prenatal.
Después del parto, a menudo se realizan pruebas de detección de la anemia si la madre:
- Tenía anemia que continuó durante los últimos 3 meses del embarazo (tercer trimestre).
- Tuvo una pérdida excesiva de sangre durante el embarazo, el parto o el posparto.
- Tuvo un parto gemelar o múltiple.
La anemia en personas de edad avanzada
Con frecuencia, las enfermedades crónicas, la carencia de hierro y la mala alimentación causan anemia en las personas de edad avanzada. Además, en estas personas la anemia se presenta casi siempre acompañada de otros problemas médicos. Por esta razón, es posible que los signos y síntomas de la anemia no sean tan claros y que pasen desapercibidos.
Comuníquese con el médico si presenta alguno de estos signos o síntomas. Si le diagnostican anemia, el médico puede:
Hacerle preguntas sobre su alimentación para averiguar si está recibiendo suficientes vitaminas. Es posible que le recomiende tomar vitaminas o suplementos de hierro o ácido fólico.
Recetarle una forma sintética de eritropoyetina si su anemia se debe a cáncer, a una enfermedad de los riñones o al tratamiento de estas enfermedades. La eritropoyetina es una hormona que estimula la médula ósea para que produzca glóbulos rojos.